Encuentros Laav_2018. Museos y universidad: investigar en un espacio híbrido. Lorenzo Bordonaro

Marzo 2019

It is timely, in my view, to redefine and re-evaluate the academy – to emphasise the radical nature of some of its elements. Towards a radical academy (Frayling 2006: xiv).

Terrenos híbridos y rigidez académica

Si el museo y la universidad pretenden juntarse para investigar en un espacio híbrido – ese es el tema de los Encuentros –  en primer lugar será necesario evaluar y confirmar la capacidad de ambas instituciones de salir del espacio institucional específico de cada una de ellas, para operar de acuerdo con registros, patrones y criterios diferentes. El LAAV, en este sentido, como laboratorio integrado del MUSAC, representa una realidad particularmente interesante, por su capacidad de unir la práctica de la investigación con la realización de proyectos concretos de intervención y compromiso con la realidad del territorio social y cultural en el que opera. Mediante esta naturaleza ya de por sí híbrida del LAAV, cuyos proyectos tuvimos, a lo largo de los dos días del encuentro, oportunidad de conocer y apreciar, ¿cómo se encuadra la institución universitaria?

Este cuestionamiento, sobre la naturaleza de la institución universitaria contemporánea, y su capacidad de abrirse plásticamente a proyectos implementados en el territorio, como se pretende, híbridos, donde arte, intervención e investigación se crucen, se contaminen, ha dominado esencialmente el debate de los Encuentros LAAV 2018. Cabe mencionar aquí que la gran mayoría de los ponentes invitados pertenecen y trabajan en instituciones universitarias, por lo que no sorprende que el debate fuese monopolizado en la práctica por el tema de la universidad, de las actuales limitaciones de esta institución, y por innumerables quejas sobre el actual funcionamiento de la academia y su separación radical del territorio.

En particular, uno de los temas centrales es la forma en cómo son validados y evaluados los outputs de las investigaciones dentro de la universidad y por entidades estatales de financiación para investigación. Se señaló que la “máquina de las publicaciones académicas” – que en la práctica permite y garantiza el acceso a fondos y a la carrera académica – obstaculiza y desincentiva prácticas de investigación y de intervención que no sean contabilizables en términos de evaluación curricular: véase publicación académica sub specie artículos en revistas indexadas. Como fue patente varias veces durante el evento, actividades de investigación que desemboquen en outputs no reconocidos por las entidades financiadoras, son actualmente consideradas inútiles dentro del sistema de carreras y de financiación universitario. Los ponentes señalaron esta situación en las instituciones españolas, pero puedo perfectamente confirmar que también es el caso de la academia portuguesa, y cada vez más a nivel global.


Artistic research y la academia

Un caso particularmente inquietante de la hegemonía del texto académico, del efecto nocivo que la rigidez de la institución de la universidad puede tener, es el reciente debate sobre el art research, y sobre las modalidades legítimas y reconocidas en el espacio de la institución para esta disciplina híbrida e innovadora. Sobre este tema quería señalar aquí algunos elementos importantes para este debate específico, y que están profundamente relacionados con  el tema central de los Encuentros.

Voy a utilizar como punto de partida un reciente texto de Borgdorff (2012), The conflict of the Faculties, que de manera significativa tiene como subtítulo perpectives on artistic research and academia, que es particularmente relevante mientras nos ayude a reflexionar no solo acerca de la definición de lo que es ‘artistic research’ en términos puramente teóricos, sino también de las consecuencias de la institucionalización de la artistic research como disciplina académica, sujeta por tanto a las normas y reglas que hacen, literalmente, las instituciones universitarias, las facultades, las academias de bellas artes.

La distinción entre estos dos puntos es fundamental para orientarse en el debate contemporáneo, y para trazar algunas reflexiones críticas sobre el mismo. Por un lado, tenemos el esfuerzo reflexivo – presente en una plétora de textos – para definir la artistic research en términos teóricos, para trazar metodologías, para reivindicar la validez heurística y epistemológica de esta innovadora práctica de investigación. Por otro lado, un número sorprendente de textos es consagrado a analizar cómo y de qué modo la artistic research se debería constituir como disciplina académica de pleno derecho. En los debates relacionados con artistic research, además de las preocupaciones epistemológica y de definición, proliferan literalmente las cuestiones ligadas a los ordenamientos institucionales y a la política de las ciencias. Como escribe Hito Steyerl (2013):

(it) seems as if one of their most important concerns is the transformation of artistic research into an academic discipline. There are discussions about curriculum, degrees, method, practical application, pedagogy. On the other hand, there is also substantial criticism of this approach. It addresses the institutionalization of artistic research as being complicit with new modes of production within cognitive capitalism: commodified education, creative and affective industries, administrative aesthetics, and so on. Both perspectives agree on one point: artistic research is at present being constituted as a more or less normative, academic discipline.

Las dos cuestiones están solo aparentemente separadas, porque de hecho son las instituciones universitarias – a través de la atribución de grados, diplomas, y a través de la distribución de financiaciones, etc. – las que legitiman actualmente y de forma hegemónica los resultados de las investigaciones artísticas, las que definen la forma en que son presentados, las que regulan y determinan quién tiene competencias para enseñar en los institutos de educación superior en arte.

¿Qué tipo de instrumentos de legitimación y evaluación de la investigación artística son actualmente utilizados (o están siendo introducidos) dentro de las academias? ¿Qué es reconocido como ‘artistic research’ dentro de la academia? La respuesta es simple: independientemente de las definiciones teóricas o institucionales de la artistic research, independientemente de la dimensión utópica de estas perspectivas, el proceso de evaluación curricular dentro de la academia está, normalmente, basado en textos escritos de acuerdo con la norma académica. Desde los másters a la carrera de investigación, pasando por los doctorados, el texto escrito académico es el requisito administrativo indispensable en todas las facultades de Bellas Artes (véase sobre este punto Elkins 2009).

Esto implica que los artistas cuya artistic practice y/o artistic research no es transformada en textos académicos (doctorados y sucesivamente en artículos para revistas indexadas), van ser alejados (o no van tener acceso en el futuro) de las instituciones de enseñanza superior y de sus centros de investigación. El actual sistema de financiación de los centros de investigación, por lo menos en Portugal, contexto que me es bastante familiar, pasa, de hecho, por la evaluación de la producción de textos publicados en revistas académicas, con poquísima flexibilidad para otro tipo de ‘producciones de investigación’. En el momento en que la artistic research lucha para afirmarse como disciplina académica, es evidente que hay un debate bastante animado sobre cómo la misma debe ser presentada y ‘comunicada’ para poder ser evaluada de forma ‘objetiva’, para que le pueda ser atribuida una nota, un parecer. La discursividad específica de la prosa clásica académica es – en la mayoría de los casos – la solución adoptada.

Sobre este punto, todavía, el debate es muy intenso. Julian Klein escribió recientemente que

Some authors require that artistic knowledge, notwithstanding it all, must be able to be verbalized and thus be comparable to declarative knowledge. Many say it is embodied in the products of art. Ultimately, however, it has to be acquired through sensory and emotional perception, through the very artistic experience from which it cannot be separated. Whether silent or verbal, declarative or procedural, implicit or explicit, artistic knowledge is, in each and every case, sensual and physical, “embodied knowledge.” (2017)

Un abordaje discursivo a la investigación artística, que copia específicos modelos académicos del ambiente de la investigación científica, puede ser uno de los efectos negativos de la institucionalización. Incluso los autores que creen en la necesidad de un ‘discursive framing’ de la investigación artística, como requisito para su permanencia en el espacio de la academia, reconocen que eso no tiene que limitarse a la escritura convencional académica:

In the debate on research in the arts, there is disagreement about whether, or to what extent, the artistic outcomes of the research (the concrete artworks and art practices generated by the research) are to be discursively framed – that is, accompanied by a contextualisation, a theoretical frame, an interpretation, or a reconstruction or documentation of the research process. This is one of the issues of demarcation in the foundational debate. My position is that this discursive framing is necessary. (…) To forego such framing implies a departure from academia. That said, the discursive forms in which the framing may take place are highly varied. They do not confine themselves to conventional academic discourse. (Borgdorff 2012: 21, la cursiva es mía)

Con deliciosa ironía, Alys Longley escribe sobre la contradicción de la devolución discursiva canonizada y académica en el campo de la investigación artística dentro de las instituciones universitarias:

We are tasked with creating unique research that follows a distinctive creative practice and also of ensuring it meets the standards, taste and criteria of external funding bodies and high-ranked international journals/galleries/festivals (2015: 32)

Proviniendo del campo de la antropología, esta situación en las instituciones superiores de enseñanza de arte no deja de sorprenderme. La antropología cultural, que nace como disciplina ligada predominantemente al texto escrito académico (la monografía etnográfica),  ha venido desarrollando, a partir de los años 1980, críticas feroces a la textualización del saber adquirido de forma experiencial y sensorial durante la experiencia etnográfica (veáse en particular  Clifford y Marcus 1986 y Marcus y Fisher 1986, y toda la crítica al logocentrismo de la disciplina que derivó del desarrollo de la antropología visual).

Hubo un interés creciente de la antropología en el arte contemporáneo que tiene su origen precisamente en la búsqueda de distintas formas posibles de comunicar datos y conceptos etnográficos. Esta nueva preocupación ha sido definida como ‘sensory turn’ en la investigación etnográfica y antropológica (Pink 2009). Una serie de textos organizados por Arnd Schneider y Chris Wright, señalaron la posibilidad y el surgimiento de nuevas prácticas de investigación y de exhibición, que ponen en diálogo antropología y arte contemporáneo, con el fin de superar la dicotomía entre arte y ciencia y restituir a la etnografía su dimensión experimental y sensual (Schneider y Wright 2006, 2010, 2013; Schneider 2008). Estas formas experimentales de hacer etnografía y de exhibir la antropología, superan el paradigma narrativo lineal aún dominante incluso en la antropología visual clásica, que, de hecho se asienta en modelos logocéntricos y textuales su producción. Se trata, por lo tanto, de singularizar prácticas de representación para la antropología que superen las restricciones de los modelos textuales, aprovechando prácticas más materiales y sensuales que son propias de las artes. En relación a esto, Schneider y Wright escriben que ‘la iconofobia y las restricciones a la expresión visual que la antropología se impuso a sí misma, deben ser superadas a través de una apropiación crítica y con un abanico de prácticas materiales y sensuales propias de las artes contemporáneas’ (2006: 4).

Como antropólogo-artista o artista-antropólogo la propuesta de la artistic research me es, por lo tanto, particularmente afín y familiar. Lo que todavía resulta contradictorio (para mi), es que algunos antropólogos, conscientes del carácter sensorial e incorporado del saber adquirido a través de la experiencia personal de la investigación etnográfica, y profundamente frustrados con los patrones y límites de la escritura académica, establecieron un diálogo provechoso con el arte contemporáneo, precisamente para superar estas limitaciones, y encontrar formas diferentes de comunicar, restituir, y hasta de alcanzar el conocimiento antropológico en el contexto híbrido del contacto etnográfico.

Lo cuestionable, a mi modo de ver, no es el lenguaje, el discurso en sí, el carácter discursivo que el arte contemporáneo frecuentemente presenta, sino aquel  paradigma particular de la escritura que es la escritura académica, con sus nefastos apéndices (la jerarquía de las revistas y sus índices de impacto, la publicación como única forma de evaluación de la producción de la investigación etc.).

Sin  entrar aquí en la cuestión también importante de la publication productivity, la duda que planteo es si, considerada la ambición del proyecto fundacional de la artistic research, como es expresado por ejemplo de forma particularmente fascinante por Borgdorff (2012: 70-71), la academia y la institución de enseñanza superior, como son actualmente reguladas y organizadas, serán el lugar ideal para su desarrollo, sin una transformación radical de la propia academia. Borgdorff también subraya que:

If we near the point where institutionalisation of artistic research leads to curtailment or dilution of artistic practice, or to an erosion of academic values and conventions, it is time to step on the brake. And, now already, the way that institutionalisation has actually occurred in some places gives reason to watchfully monitor and criticise how the field is developing. (2012: 6)

Mika Elo, profesor de investigación artística y director del programa de doctorado de la Uniarte – facultad de Bellas Artes de la Uniarte de Helsinki, dijo recientemente en una entrevista que: “Artistic research is a transformative frame, a utopian moment, a hope that it doesn’t petrify itself into a discipline”[1]. Si así fuera, como ya apuntaba Frayling en 2006, la cuestión que tenemos que responder no es “¿Qué es artistic research?”, sino “¿Qué es la academia?”:

It is timely, in my view, to redefine and re-evaluate the academy – to emphasise the radical nature of some of its elements. Towards a radical academy (Frayling 2006: xiv).

arte/investigación/intervención

En conclusión, me parece que el espacio híbrido que se pretende crear, ya existe, y es el blanco de investigaciones e intervenciones de numerosos individuos, a pesar, diría, de las limitaciones impuestas por las estructuras académicas. He estado trabajando durante años en un área de superposiciones, elaborando proyectos donde la investigación, el arte contemporáneo y la intervención en el espacio público fuesen elementos en constante diálogo y articulados entre sí. Exploré la posibilidad de un arte público crítico, en el sentido de una forma de activismo artístico basado en la investigación antropológica y que se traduzca en intervenciones cuyo objetivo es ocupar el espacio público, interviniendo en el espacio polifónico y polisémico de la ciudad contemporánea (Canevacci 2004, Lacy 1995). Mis proyectos se proponían realizar concretamente intervenciones públicas que unieran arte y investigación – intervenciones artísticas etnography-based, como decidí llamarlas (Bordonaro 2013a, 2013b, 2017) – que se sitúen entre una applied visual anthropology (Pink 2009b) y el arte público participativo (Jackson 2011, Lacy 1995) ocupando el espacio público urbano y alterando y perturbando los circuitos segmentados de la ciudad contemporánea, promoviendo al mismo tiempo un cruce entre los espacios de la academia y los del arte contemporáneo. Se configuran, así, como intervenciones que alteran y superponen los recorridos físicos del arte, de la investigación académica y de la intervención social, en el espacio de la ciudad.

Este área interdisciplinar representa uno de los frentes más interesantes en el desarrollo contemporáneo de la antropología visual y al mismo tempo del arte contemporáneo. De hecho las nuevas tendencias del ‘arte público’ apuntan a la centralidad de la relación y del  diálogo en su proceso de creación, no solo ‘para el propio futuro del arte público sino para el discurso entre el arte, el artista, la audiencia, y la sociedad’ (Raven 1993: 2). El arte público de intervención comunitaria, concepto que me interesa desarrollar desde el punto de vista práctico y teórico, es un tipo de práctica artística basada en el diálogo y la colaboración entre los artistas y las comunidades, con el objetivo de realizar un trabajo de arte público en colaboración. Esta nueva tendencia llegó a ser conocida como new genre public art en palabras de Suzanne Lacy, para marcar un nuevo espíritu de intervención artística en el espacio público (Lacy 1995, Miles 1997, Cartiere y Willis 2008). Este tipo de arte público introdujo un elemento profundamente nuevo en la forma en cómo se entiende el arte público. El significado o el valor artístico de la obra dejó de residir en el propio objeto para pasar a manifestarse en un proceso de integración social que resulta de la relación entre el artista y el público. Lo más importante en este tipo de proyectos es asegurar la participación de las comunidades en la realización de un proyecto, involucrándolas directamente en todo su proceso, para que se identifiquen con el resultado final.

Es cierto que el objetivo de esta forma de arte público es crear mecanismos de intervención que impliquen la participación del público, estableciendo una relación de cooperación y  colaboración entre el artista y la comunidad, desencadenando así transformaciones en la sociedad. Este tipo de arte público induce la participación del público, substituyendo la materialidad del objeto artístico por un proceso de trabajo interactivo, a través del cual se establece una aproximación real entre el arte y la vida.

Una red de personas

¿Cuál es el contexto académico que actualmente permite desarrollar actividades de este tipo? La práctica híbrida, como la actividad del LAAV demuestra de forma incuestionable que no solo existe, sino que incluso ya se concretó en numerosas actividades y proyectos. La institución universitaria, ¿dónde está en ese proceso? Como pude recalcar varias veces durante el trascurso de los Encuentros, la Universidad, su forma actual, y a pesar – insisto– de emplear  numerosos investigadores, docentes e artistas de indudable valor y capacidad, no tiene la flexibilidad administrativa para navegar en un terreno híbrido como el que los Encuentros LAAV se proponían explorar. El caso de la artistic research que brevemente presenté, señala precisamente no solo la incapacidad, sino los riesgos de que la Academia se aproprie de este territorio híbrido, cuya potencialidad creativa y social es inmensa.

Tal vez la solución para continuar trabajando en este área, pase precisamente por dejar a un lado la pertenencia institucional, y estimular una red informal de personas que puedan colaborar en líneas de investigación específicas, constituyendo grupos informales de acción con competencia y estructura para accionar redes de financiación no-nacionales e independientes de las entidades académicas de investigación. Hay vida fuera de la Academia.

Notas

[1]          Citado en http://www.artsequal.fi/policy-briefs?p_p_id=101&p_p_lifecycle=0&p_p_state=maximized&p_p_mode=view&_101_struts_action=%2Fasset_publisher%2Fview_content&_101_assetEntryId=258645&_101_type=content&_101_groupId=204178&_101_urlTitle=the-utopia-of-artistic-research&inheritRedirect=true

Referencias

Bordonaro, Lorenzo. 2013a. Ghetto Six. una intervención artística ethnography-based. Cadernos de Arte e AntropologiaJournal of Art and Anthropology (Salvador, BA). 2(1): 25-30. Disponible en http://www.portalseer.ufba.br/index.php/cadernosaa/article/view/6720

Bordonaro, Lorenzo. 2013b. Ghetto Six. A antropologia ocupa espaço. Jornal Próximo Futuro n. 12 (Fundación Calouste Gulbenkian, Lisboa): 16-19. Disponible en http://www.proximofuturo.gulbenkian.pt/sites/proximofuturo/files/jornalpf_12_abril_2013.pdf

Bordonaro, Lorenzo. 2017. Nova Liberdade III: una experiência didática. En Bordonaro, Lorenzo y Ugo Maia (eds), Aprendendo antropologia em Sergipe: Experiências de pesquisa e de ensino. Editora UFS, São Cristóvão (SE). Pp. 168-195. 2017

Borgdorff, Henk. 2012. The conflict of the faculties. Perspectives on Artistic Research and Academia. Leiden, Leiden University Press.

Canevacci, Massimo. 2004 (1993). A cidade polifônica: ensaio sobre a antropologia da comunicación urbana. São Paulo, Studio Nobel.

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Clifford, James y George E. Marcus (orgs), 1986, Writing Culture: The Poetics and Politics of Ethnography. Berkeley: University of California Press.

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Frayling, Christopher, 2006. ‘Foreword’, em Macleod, Katy, y Lin Holdridge (orgs), Thinking through Art: Reflections on Art as Research, London, Routledge: xii-xiv

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Lacy, Suzanne 1995. Mapping the Terrain: New Genre Public Art. Seattle, Bay Press.

Longlay, Alys, 2015, Smashing eggs; on the ironic pleasures of mangling in artistic research, Em José Quaresma, Alys Longlay y Fernando Rosa Dias (orgs) Investigación em Artes. Ironia, crítica e asimilación dos métodos. Lisboa: Escola Superior de Teatro e Cinema, 30-42.

Marcus, George y Michael F. Fisher (orgs), 1986, Anthropology as Cultural Critique. Chicago: University of Chicago press.

Miles, Malcolm 1997. Art, Space and the City: Public Art and Urban Futures. London, Routledge.

Pink, Sarah (org.) 2009b. Visual Interventions: Applied Visual Anthropology. Nova Iorque, Berghahn.

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Steyerl, Hito (2013). Aesthetics of Resistance? Artistic research as discipline and conflict. http://athensbiennale.org/event-as-process/aesthetics-of-resistance-artistic-research-as-discipline-and-conflict/?from=ab4 (recuperado el 26 de noviembre de 2018)


Lorenzo Bordonaro es doctor en Antropología. Ha realizado investigaciones etnográficas en Guinea Bissáu, Cabo Verde, Portugal y Brasil. Ha sido profesor de grado y postgrado en Antropología en Portugal, Cabo Verde y Brasil. Su práctica artística se entrelaza con la investigación antropológica: sus obras, instalaciones y proyectos de arte público están a menudo arraigados en una reflexión social y filosófica más amplia y en el activismo político. Ha desarrollado proyectos de arte público en diferentes contextos sociales y geográficos: desde las favelas brasileñas a los nuevos barrios en las afueras de Lisboa; de los guetos de la capital de Cabo Verde a los barrios históricos de Gracia y Mouraria en Lisboa. Ha participado en numerosos eventos, festivales y exposiciones colectivas como la Bienal de Arquitectura de Venecia, Manifesta 12 en Palermo y Ethnographic Terminalia en Chicago. Más información en www.bordonaro.eu.

lorenzo.bordonaro@gmail.com